SEGEMAR en Arminera 2009
Ing.
Luis Ferpozzi
Martes, 30 de
junio de 2009
Prensa
GeoMinera
Estado de avance del Proyecto
Geoambiental Farallón Negro
El
Proyecto Geoambiental Farallón Negro, es un plan acordado entre la provincia de
Catamarca con el SEGEMAR, con la participación de YMAD, con el objeto de
estudiar el área del complejo minero y las áreas adyacentes, para establecer
básicamente, líneas de bases geoambientales. Está compuesto por una fase
regional, y una fase de detalle, esta última restringida a las cuencas: las
cuencas de Aguas de Dionisio en Río Seco, Cuenca del Río Candado, en Andalgalá
y la Cuenca
del Vis Vis. «La fase regional de este proyecto, tiene diferentes
módulos: uno de geología y estructura, geomorfología y geotectónica, suelos y compilación
climática, procesamiento de datos de imágenes, fotos atmosféricas, geoquímica
ambiental y modelos geoambientales de depósitos minerales», explicó el
Ing. Luis Ferpozzi, coordinador de Unidad Ejecutora del Subprograma de
Gestión Ambiental Minera.
Rotura del mineraloducto de Alumbrera en el Río Vis Vis |
«Podemos
decir que este proyecto, es un proyecto piloto, único en la Argentina , una primer
experiencia para generar este tipo de información de utilidad, tanto para la
minería como para el desarrollo de cualquier otro tipo de actividad», agregó. Mientras se estaba desarrollando el
proyecto se produjeron un par de incidentes ambientales, como fueron derrames
de concentrado de mineral, producidos por la rotura del mineraloducto de Mina La Alumbrera. De esta forma, al proyecto
inicial se incorporó otro modulo, que es la evaluación de la dispersión
de contaminantes en la cuenca del Vis Vis y una evaluación del plan de
cierre de minas con todas sus partes, que va a ser contrastada con la
información que produce el proyecto.
«Tenemos un mapa de geología y estructuras, que en
principio está sumando información de la hoja de Andalgalá y la hoja de Santa
María. Es un documento al que le está faltando la geología de cuaternario, que
ya está completada y en este momento se está terminando en el mapa», detalló y agregó: “Estamos sumando información que nos va a
permitir comprender de una manera más cabal los impactos que pueden generar los
proyectos y la influencia de la geología y la estructura en ese sentido”.
Lo
que empezó siendo un módulo de geología y geotectónica se separó y actualmente
el proyecto incluye un modulo de neotectonica ya está terminado. «En relación con este modulo ya se ha hecho
una publicación, incluso ya se han preparado posters que se han mostrado como
avances de la actividad del proyecto. Esto es novedoso para el proyecto, es el
primer mapa geomorfológico para esta área, es una geomorfología desarrollada,
elaborada casi al 100.000», afirmó Ferpozzi.
Glaciar en el Nevado del Aconquija |
El
proyecto va a definir por primera vez un
área periglacial en la zona de Aconquija. «La definición está
básicamente elaborada a partir del conocimiento de las formas. En ese sentido
estamos haciendo un aporte muy interesante desde el punto de vista del
proyecto», aseguró.
Otro
módulo del proyecto es el procesamiento de imágenes: «una individualización
con cociente de banda de lo que son las características espectrales de los
distintos depósitos que vimos antes de los distintos mapas de morfología» según
explicó el profesional. «Este tipo de impactos ocurren
independientemente de que exista una mina o no» En la parte de hidrología e
hidrogeología, se realizó un balance hidrológico para el complejo volcánico
Farallón Negro, con el fin de mostrar cuál es el tratamiento de los datos,
cuáles son las características de los mismos, básicamente de los datos
pluviométricos, los cofiecientes de relación que se utilizaron para calcular
los parámetros del balance. «Para este modelo, hay una dirección novedosa.
Es un tema que esta siendo discutido desde 1927 hasta ahora, y es si existe
conexión o no en superficie o profundidad, en relación con los depósitos de
agua que están en el Arenal y el Río Santa María», informó Ferpozzi.
El
siguiente módulo estudia los modelos geoambientales de depósitos minerales. «Básicamente, lo que se propone es una
individualización y una caracterización dentro de lo posible, de todos los
aspectos de un depósito mineral que tienen impacto sobre la calidad del
recurso, sea el suelo, el agua o el aire», detalló el licenciado al
tiempo que aclaró: «Lo que estamos
tratando de hacer en este modelo es variar o modificar la visión, es decir
interpretar la misma información que nosotros conocemos muy bien, pero ahora
desde un punto de vista geoambiental».
«La
presencia de sulfuros, y de distintos tipos, tienen un impacto en la calidad
del recurso del agua. Este tipo de impactos ocurren independientemente de que
exista una mina o no»,
aseguró el especialista. El Proyecto Farallón Negro también incluyó el
estudio del polvo atmosférico, para lo que se construyó, por primera vez en
nuestro país, un equipo para medirlo, de manera simultánea, en varios sitios y
aplicado a la medición de cuestiones que estén en el ambiente. «Para esto,
el SEGEMAR diseñó una estrategia y estuvo involucrada desde la compra de los
equipos, son cuatro estaciones metereológicas que relevan datos de manera
simultánea y de manera permanente, es decir de régimen continuo», anunció
Ferpozzi.
Esta
estrategia planteó la capacitación de personal del SEGEMAR, de la provincia de
Catamarca y de estudiantes de varias universidades, las de Catamarca y las
Tucumán, favoreciendo a quienes estaban más cerca del área del proyecto. «La
medición del polvo atmosférico es bastante compleja. Cada equipo necesita dos
operadores; son cuatro equipos, son ocho operadores y la medición se realiza en
manera continua. Todo tiene una complejidad operativa», detalló. «Pudimos
detectar dos sitios donde los valores de las mediciones estaban por encima de
la norma. Felizmente, estos sitios estaban el equipo que midió es del
Eje, que está en la ruta 40 y en ese momento estaban con las tareas de
pavimentación de la ruta, por lo que el movimiento de tierra y polvo era
enorme», explicó.
En
la parte de geoquímica, se han utilizado los datos de un muestreo propio del
SEGEMAR y se han sumado los datos de las otras hojas geoquímicas, de Andalgalá
y de Santa María, para establecer las líneas de base con una perspectiva
histórica. En todos los casos los muestreos han sido siempre en dos tercios y
en el caso de agua, de dos tercios.
«Lo
que son las muestras sólidas lo que utilizamos en este proyecto son sedimentos
de corrientes, aluviones de crecida y suelo. El paquete analítico que
utilizamos es un paquete de 48 elementos para muestras sólidas, que se resuelve
aplicando la activación neutrónica», reveló Ferpozzi, al tiempo que anunció «Todos los
procedimientos de muestreo que empleamos están bajos normas, tanto del SEGEMAR,
como normas internacionales para muestreos ambientales».
¿Qué pasa con el cesio?
El cesio que es un elemento
que tiene muchas incertidumbres desde lo ambiental, es monitoreado en relación
con el impacto sobre la salud. «Los picos de cesio están en la zona de Andalgalá y
en el norte de Pipanaco.
Es un elemento asociado con aguas hidrotermales, con rocas ácidas alcalinas y
lo que tenemos al norte son canitos. Nos aparecen algunos valores altos de
cesio asociados con algunas rocas ácidas, que en algún momento se estudió
dentro de lo que se trabajó en Farallón Negro», informó. Otro de los
componentes que preocupan es el arsénico. Al respecto, Ferpozzi
anunció: “Estos depósitos son muy pobres en arsénico, aun cuando son muy
ricos en sulfuro. Los picos de arsénico están asociados de nuevo a la ladera
occidental, más allá de la mina Farallón Negro. Aparecen nuevamente, valores
intermedios altos de arsénico asociados al área de Andalgalá”.
En
su presentación Ferpozzi también se refirió a una serie de mapas que incorporan
los datos históricos de las hojas geoquímicas de Andalgalá y Santa María y la
formación producida en el muestreo reciente. Su objeto es la caracterización
geogénica, es decir la fuente de los elementos que se van a medir en el agua o
en el suelo. «El paquete analítico es de 57 parámetros, algunos de
ellos son de determinación, se miden en el campo en el mismo momento en que se
toma la muestra y otros se determinaron por ICP masa», explicó. «Para
medir con esto hace falta una alta especialidad del muestreo, es decir tiene
que estar preparado para que una metodología analítica que mide valores muy
bajos de concentración, no terminen midiendo lo que nosotros contaminamos con
los elementos que utilizamos para el procesamiento de la muestra», expuso
Ferpozzi.
“Hemos
tomado muestras dentro de la mina, lo que estamos midiendo todo el tiempo son
los alrededores»,
aclaró el licenciado y anunció: «Los mayores valores de sulfato los hemos
reconocidos asociados con Capillitas, al sur de Minera Alumbrera. El fondo de
sulfato es un fondo de aproximadamente 500 ml/lt en la parte inferior, 600
mg/lt en la parte media y del mismo orden en la parte de la cuenca alta”,
concluyó.
Este artículo
fue publicado por la
Revista Prensa Geo Minera
Martes, 30 de
junio de 2009
Edición
Especializada en Recursos Naturales - Argentina - Nº 118 Año VIII
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